Después de hablar en la anterior entrada de la adopción en
España, hablaremos ahora de la adopción Internacional que en los últimos
tiempos se ha convertido en la más usada por las personas que tienen intención
de adoptar, por el principal motivo de que el tiempo de espera es mucho menor
usando este método.
Los primeros pasos son parecidos a los de las adopciones
nacionales: lo primero es obtener el certificado de idoneidad. Después el
expediente de adopción es enviado al país elegido para llevar acabo la
adopción, esto se hace a través de unas agencias entre las que se encuentran el
Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales o las ECAI que son unas entidades que
ayudan con las adopciones internacionales, estas agencias se encargan de los
trámites burocráticos y de poner a los solicitantes en contacto con los
orfanatos del país elegido. Uno de los países más demandados en este tipo de
adopciones es China.
La adopción Internacional es regulada por la ley 54/2007 que
tiene como objetivo primordial que tanto en el país de los adoptantes como en
el del adoptado sea legal la adopción. Además también se ha creado un registro
para evitar que las mafias u otras organizaciones se inmiscuyan en estos
procesos, también se ha prohibido que se pueda adoptar en países que se
encuentran en situaciones de guerra u otros desastres.
Después de seguir los pasos anteriores, los padres deben de
contactar con una agencia de confianza, una vez elegida su expediente es
mandado al país de origen y cuando es aceptado los solicitantes deben pasar un
periodo de unos 15-30 días en el país de origen del adoptado. Esto se conoce
como proceso de adaptación, que se inicia en el lugar de nacimiento del menor y
termina en el nuevo hogar de este. Una vez aprobada la adopción y comunicada al
Registro del consulado español puede procederse a inscribir al adoptado en el
Registro civil. El tiempo medio de la adopción Internacional suele ser de 10
meses.
Otro aspecto muy a tener en cuenta es el precio. La adopción
internacional cuesta dinero, y mucho. Varía en función del país, pero puede
rondar los 20.000 euros. En China, por ejemplo, cuesta unos 10.000 euros. En
Rusia, entre 15.000 y 30.000 euros. En Etiopía, unos 7.000 euros. Es tan caro
porque en los gastos se incluyen muchas cosas: legalización de documentos,
tasas, traducciones, honorarios de representantes, tramitación del expediente
internacional mediante la ECAI, estancia de los padres...